martes, 30 de mayo de 2017

Repaso a la segunda temporada de Into the Badlands

La Viuda rodeada de sus Mariposas
La segunda temporada de Into the Badlands, serie que recomendé hace unas semanas, ha llegado finalmente a su fin, momento perfecto para hacer un pequeño repaso del camino hasta ahora.

La primera temporada nos presentaba un futuro distópico, en el que las armas de fuego habían sido desterradas y los Barones gobernaban las tierras conocidas como Badlands gracias a sus ejércitos de espadachines asesinos conocidos como clippers.

Esos seis episodios iniciales se centraban en las disputas de la Viuda con el Barón Quinn, convertido al final en el gran villano de la historia; en las ansias de escapar de Sunny, el mejor clipper de Badlands; y en M. K., un misterioso muchacho con un don que surgía unicamente cuando alguien le cortaba.

Combates, alianzas, traiciones y sangre (mucha sangre), se convertían en una carta de presentación que invitaba, como mínimo a dar una oportunidad a la segunda tanda de episodios. Una tanda que partía cronológicamente meses después de la primera: Sunny vendido como esclavo, Quinn traicionado por su propio hijo, M. K. enclaustrado para aprender a dominar su don, la Viuda esperando su oportunidad...

Con diez nuevos episodios por delante, Into The Badlands se dedica a ampliar el mundo presentado en su primera temporada, introduciendo más barones, presentando nuevos lugares, clanes, costumbres... Lo que sirve para enriquecer aún más la ficción, otorgándole una mayor profundidad.

Sunny escapando de la esclavitud
A más tiempo disponible, mayor es la posibilidad de crecer y explorar, resaltando los puntos fuertes que ya llamaban la atención. Del mismo modo, eso permite ahondar más en los personajes ya conocidos, sabiendo más de su pasado y de sus motivaciones, especialmente en el caso de la Viuda, que adquiere un mayor protagonismo, ganando enteros gracias a un par de revelaciones que la dotan de una nueva importancia en el conjunto.

Sin embargo, también se le notan más las costuras. Las cantidades industriales de hemoglobina son entretenidas, pero no tapan los defectos visibles de la serie: los combates, que están coreografiados con soltura, sirven tan solo para el lucimiento de los personajes principales, convirtiendo a los clippers en sacos de ketchup a la espera de ser reventados; sin olvidar que cae en más de una ocasión en el si pero no, que termina por desquiciar al más pintado.

El mayor de ellos es que la historia avanza demasiado rápido, apenas hay pausas para asimilar una alianza o muerte importante, cuando a los diez minutos (siendo generoso) ya están cambiando otra vez, o rompiéndose acuerdos que, de estar explotados de mejor forma, resultan muy atrayentes de entrada.

Suelo estar en contra de esas series que se alargan hasta el infinito, que vuelven a dar vueltas y vueltas para terminar en el mismo punto, o que retrasan algo que es obvio desde el día 1. En este caso particular, sí que considero que Into the Badlands necesita mas capítulos, para no caer en el  error de cerrar tramas recién abiertas como si nada.

Considero que AMC tiene un muy bueno producto entre sus manos, que sigue manteniendo más puntos a favor que en contra, gracias sobre todo a la soberbia labor actoral, pero, y es un pero muy grande, no termina de cuajar. Los defectos son más y más visibles, aunque no son tantos como para dejar de interesarme por la tercera temporada. Luego, ya veremos.

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