miércoles, 29 de marzo de 2017

Reseña: Elantris

Titulo: Elantris
Autor: Brandon Sanderson
Editorial: Nova
Precio: 25 €
Páginas: 800

SINOPSIS

Elantris era la ciudad de los dioses hace diez años. Hoy tan solo queda suciedad y miseria en sus calles antaño brillantes. El príncipe Raoden debe descubrir los motivos tras ese cambio repentino e inesperado, al mismo tiempo que en la corte de Kae la princesa Sarene defiende su nuevo reino de las maquinaciones de Hrathen, un sacerdote que convertirá Arelon a su fe por todos los medios a su alcance antes de que su emperador decida que la única solución es destruir ese reino y a todos los que lo habitan.


RESEÑA

La eternidad terminó hace diez años.

Con esa frase, Sanderson rompe en mil pedazos los esquemas. Da una palmada ante tus ojos, haciéndote despertar para dejar desde la primera página que estás leyendo algo que es realmente distinto.

Elantris es su primera novela en ser publicada, hace ya cerca de doce años, pero eso no desmerece en absoluto, más bien al contrario. Sanderson entra por la puerta grande en la fantasía, insuflando un soplo de aire fresco, y una capacidad envidiable para crear nuevos mundos.

En la primera página presenta Elantris, la ciudad de los dioses, hombres y mujeres de piel plateada capaces de hacer magia, de realizar gestas increíbles con un solo movimiento de los dedos y de proezas que los situaban muy por encima del resto de mortales. Sabios, bondadosos, casi inmortales.

Aunque pueda resultar algo familiar, Sanderson introduce aquí dos detalles que le harán destacar y serán fundamentales a lo largo de la novela. Primero, que cualquiera puede convertirse en elantrino, que la Shaod que convertía en dios a un hombre podía afectar a nobles y mendigos por igual. La segunda, que la ciudad de los dioses lleva perdida una década.

Lo más impactante es que la Shaod sigue afectando, convirtiendo a la gente en cadáveres en vida, de piel gris con manchas negras que son arrojados en una Elantris convertida en un mausoleo. El hambre atormenta unos cuerpos agotados en los que cualquier daño se convierte en un dolor constante. No hay magia, no hay sabiduría, no hay luz. Tan solo miseria, suciedad y dolor.

Una idea aterradora que irá desgranándose a lo largo de todo el libro.

Tras la caída de Elantris, el reino de Arelon se recompuso gracias al dinero y a los comerciante, otorgando la riqueza un nuevo estatus social tambaleante. La acción se centrará casi de forma exclusiva en Arelon, pero Sanderson logra crear con precisión otras sociedades igualmente bien formadas y detallas con unas cuantas descripciones como son el reino de Teod o el religioso imperio de Fjorden.

Tres personajes son los protagonistas de Elantris. Protagonistas porque cada uno de ellos tiene la misma importancia al estar cada capitulo centrado en uno de ellos de forma exclusiva, salvo momentos muy puntuales. En mi opinión, todo un acierto por parte de Sanderson, que crea tres personajes sumamente tan sólidos que resulta imposible dar más importancia a uno respecto a los otros dos.

El príncipe Raoden es el primero de ellos, heredero de Aleron, que se ve afectado por la Shaod días antes de su boda. Convertido al instante en un paria y dado por muerto ante el reino y través de sus ojos vemos cómo es Elantris en la actualidad, y junto a él recorreremos las calles cubiertas de mugre en su búsqueda de la verdad. Sanderson introduce aquí una Elantris reducida a la barbarie, donde los antiguos gobernantes son tratados como animales hasta el punto de comportarse como tal.

La prometida de Raoden, la princesa Sarene es el segundo personaje principal. En su primer capítulo se presentan los seones, una especie de bolas flotantes con inteligencia que son fruto de la magia y que sirven para comunicarse aún a largas distancias. Sarene es un personaje puramente político, acostumbrada a dominar las intrigas de la corte y que es manejada con soberbia por Sanderson para desgranar tanto la sociedad de Arelon como las otras que menciona a lo largo del libro.

El último en ser presentado, y para mi el más interesante, es Hrathen, un gyorn, alto sacerdote, de una religión que busca imponer su fe al resto del mundo. Su misión es la de convertir a Arelon y a Teod en la fe del Dereth, para salvar ambos reinos de la muerte a manos de su emperador y sumo sacerdote.

Siempre con la ciudad de Elantris muy presente para los tres personajes, Sanderson cambia las guerras con espadas y magia por una tan simple como efectiva usando la religión por arma. Planteando que tanto el Shu-Korath como el Shu-Dereth parten de la misma base aunque con motivaciones distintas, la religión se reduce a la impresión más básica y simple, como una excusa para la muerte o la conquista.

Aunque pueda parecer lo contrario, Elantris no degenera en una mera cruzada religiosa con una sucesión de batalla tras otra. Las luchas se plantean de una forma distinta, con más debates y planteamientos morales que con el uso de espadas, y no es hasta las últimas páginas donde se produce el único enfrentamiento “físico”, nuevamente resuelto de una forma que no es en absoluto la habitual.

Lo mejor: Elantris, la idea de esa ciudad de dioses, sabios y magos es soberbia, tanto cuando era cuna de los más grandes avances como en sus momentos más oscuros. La Shaod, el puro azar que podía hacer de ti un dios, puede condenarte a una muerte en vida, maravilloso. Hrathen, un personaje sublime, tan odioso en un principio como heroico al final que resulta imposible reducirlo a la vulgaridad de ser el villano de la obra.

Lo peor: el estilo de Sanderson, no es un defecto en sí, pero sí que puede echar para atrás a los fans de la fantasía más heroica o épica u oscura. En ocasiones, sobre todo al hablar de la sociedad de Fjorden, es muy fácil perderse con nombres y aspectos que quedan un tanto confusos.

VALORACIÓN FINAL: 9/10

Orson Scott Card definió Elantris como "la más bella novela de fantasía que se escribirá en muchos años". No suelo mostrarme muy de acuerdo con este tipo de máximas, pero en esta ocasión tengo que mostrarme completamente de acuerdo con él. Elantris es una novela que debe leerse, no solo ya por cualquier aficionado a la fantasía, también por lectores que no se hayan aventurado nunca dentro del género.

Desde la primera página me tuvo enganchado, hasta el punto de devorarlo en poco más de un par de días de intensa y deliciosa lectura. Sanderson no posee el nivel de prosa de Rothfuds, ni el cinismo descarnado de Abercrombie o George Martin, pero su capacidad de imaginación, de construir mundos tan sólidos como bien hilados le sitúan a la par que cualquiera de ellos. 

Con Elantris, entró de la mejor forma posible en la fantasía. Con una historia profunda, que se centra en los individuos y con un uso de la religión y de las motivaciones personales al alcance de muy pocos. En definitiva, Sanderson da un puñetazo en la mesa, dejando claro que la fantasía no es tan solo un puñado de historias de espadas y dragones.

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