martes, 14 de marzo de 2017

Reseña: El Nombre del Viento. Crónica del Asesino de Reyes Día I

Diez años han pasado desde que Patrick Rothfuss irrumpiera en el mundo de la novela fantástica de forma abrumadora, codeándose con los nombres de más relevancia dentro del genero pese a ser El Nombre del Viento su primera novela. Considero que resulta apropiado iniciar esta andadura hablando de uno de los libros que más ha logrado engancharme en estos diez años.

DAW Books, editorial que lleva publicando obras de fantasía y ciencia ficción desde principios de la década de los '70, sacaba a la luz el primer volumen de La Crónica del Asesino de Reyes en marzo de 2007. Prácticamente desde el primer momento se convirtió en un éxito rotundo de critica y venta, llegando a ser elegido como El Mejor Libro del Año dentro del genero fantástico/ficción/horror por la revista Publishers Weekly. Hay que destacar que el propio Rothfuss anunció recientemente una nueva edición del libro por este décimo aniversario que incluirá un mapa más detallado, una guía sobre la pronunciación (muy necesaria), ilustraciones y una nota de autor "extensa".

Dos de las portadas de El Nombre del Viento en inglés

En España tuvimos que esperar poco más de dos años hasta disfrutar de su traducción, precedida por las buenas criticas que llegaban del otro lado del charco y de un vídeo de presentación que, sin duda, dejaba con ganas de más, de mucho más. El boca a boca y las recomendaciones en los foros especializados lo convirtieron casi al instante en una referencia, cosechando un enorme número de fans entregados y decididos que equiparaban a Rothfuss con autores de la talla de George R. R. Martin, Úrsula K. Le Guin o el mismo J. R. R. Tolkien. Palabras mayores para un autor novel.

¿Merecidas esas críticas?

Sin duda alguna.

Es cierto que quizá pueda resulta algo excesivas esas comparativas, pero no es menos cierto que Rothfuss debuta con mucha fuerza. A nivel de prosa, El Nombre del Viento es, sencillamente, una delicia. Resulta una gozada leer cada capítulo, incluso los detalles menores o que puedan resultar irrelevantes están escritos con un mimo y un cuidado que son el rasgo más destacado de Rothfuss.

Entrando ya en la obra, El Nombre del Viento se centra en el personaje de Kvothe, pronunciado Cuouz, un héroe que se ha convertido en una leyenda de canciones, hazañas e historias.

El libro se divide en dos marcos de tiempo bien diferenciados. En el presente, Cronista, la piedrecita que hace rodar esta historia, descubre que Kvothe, el héroe al que todo el mundo da por muerto, regenta una posada bajo un nombre falso, alejada de esa imagen que todos los demás tienen de él. A pesar de la reticencia inicial de Kvothe, este finalmente acepta compartir su historia sin disfraces con Cronista a cambio de ser escuchado durante tres días.

Es en ese momento cuando se inicia el segundo marco temporal, donde es el mismo Kvothe quien relata en primera persona su propia vida. Este primer volumen, se centra en sus primeros años de vida, hablando de sus padres, de la pasión de Kvothe por la música, que será un tema recurrente todo el libro, y también sus inicios como Arcanista, los magos del mundo creado por Rothfuss.

La mención más intrigante de estos capítulos iniciales de El Nombre del Viento, son los Chandrian, seres sobrenaturales y terribles de los que Rothfuss deja tan solo unas pocas pinceladas en todo el libro.

Tras presentar esos primeros cimientos, salpicados con breves interludios en los que la narración vuelve al presente para mostrar el día a día de Kvothe, se inicia el grueso del libro con la presentación de la Universidad, el otro gran personaje del libro. Aunque pueda evocar de entrada al Hogwarts de Harry Potter o a la escuela de magos de Terramar, en cuestión de páginas todas las semejanzas se borran de un plumazo, desde el método de ingreso hasta el mismo desarrollo de las clases o de la misma magia.

Una magia que aquí se llama simpatía, una habilidad casi telepática basada en la creación de vínculos entre distintos objetos, y que se complementa con estudios más mundanos como la biología, medicina o química. De nuevo Rothfuss deja pinceladas sobre la nominación, una habilidad mágica que consiste en conocer el nombre real de todas las cosas; elementos, personas, objetos; para poder dominarlas y usarlas a voluntad.

Es en estas páginas donde se empiezan a ver las primeras "hazañas" de Kvothe, como empieza a ganar cierto renombre entre sus propios compañeros y la verdad escondida tras ellas.

Sobre el mundo de Temerant, conocido también como los Cuatro Rincones de la Civilización, casi todo el libro se desarrolla en la Mancomunidad, uno de esos rincones, pero Rothfuss vuelve a dejar aquí y allá pequeños retazos de un mundo más grande y rico a explorar en el futuro, cerrando una carta de presentación que invita a seguir descubriendo y a leer mucho más de este Asesino de Reyes.

Kvothe, protagonista absoluto de la obra


Lo mejor: La prosa es lo primero que se me viene a la cabeza. La calidad y lo cuidado de la misma es digna de los mejores, tanto en fantasía como en cualquier otro genero. La magia es muy original, las clases escasean pero lo que muestra deja deseos de saber más. Elodin y Auri, dos personajes secundarios que roban todo protagonismo cada vez que aparecen. Kvothe es el personaje mejor construido y se nota el cariño que le despierta el autor, así como el carisma que despierta por actuar y ser un granuja con más recursos que posibilidades.

Lo peor: Los secundarios. Salvo los citados Auri y Elodin, el resto de personajes que desfilan por el libro carecen de atractivo, convertidos en meras comparsas para dar replica a Kvothe. Denna, que sería el contrapunto femenino, no llega a cuajar en ningún momento, resultando más una molestia que un complemento apropiado para un personaje como Kvothe. Ambrose anda escaso de carisma para ser el villano/enemigo de la obra. Muy poca información sobre los Chandrian o la Nominación, hace falta más, mucho más. No es un libro muy oscuro, lo que puede crear dudas a lectores determinados.

VALORACIÓN FINAL: 8/10

Un libro de debut que soñarían todos los escritores noveles. Que lo más destacado sea el estilo de escritura de Rothfuss quizá haga pensar que desmerece la historia, pero nada más lejos de la realidad. Hay algunas partes más flojas, pero en conjunto la obra merece sobradamente los elogios y las buenas criticas cosechadas. El mundo mostrado es muy rico, hay aspectos de los que solo se reciben unas pocas gotas que expandirá en el futuro, pero los que se muestran son muy sólidos, con un cuidado por los detalles y con una lectura que al final resulta muy amena. Los breves interludios entre los marcos temporales sirven para que la acción no se vuelva muy pesada, al igual que los capítulos que no se extienden más de una hoja o dos, pausas más que bienvenidas.

Quizá pueda resulta algo infantil o manido a determinados lectores, pero en conjunto para mí resulta un libro muy recomendable. Recomiendo que todo el mundo debería echarle un ojo. En su momento, me sumergí de lleno en sus páginas, dejándome arrastrar por las descripciones fluidas de Rothfuss y una historia que llega a enganchar hasta el punto de ser incapaz de resistirme a leer un capítulo más justo al terminar el anterior. Un "problema" que seguro que afecta a más de uno.

1 comentario:

  1. A ver si saca el tercer libro de una vez, que lleva un par de años ya.

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